Encuentro de generaciones, 1999.

"JESUCRISTO: Señor de la historia, Señor del futuro."

 

 ¿Cuál es el sentido de esta vida, agitada y conflictiva? -o más bién, del tiempo que vivimos- ¿a fines de una era de dos mil años, en que pareciera predominar la idea de un fin de mundo digno del Apocalipsis?. Fueron algunas de las preguntas planteadas implícitamente durante el Encuentro de Generaciones que tuvo lugar el pasado 30 y 31 de octubre en el Centro de Retiros Loyola, en Padre Hurtado.

Una asistencia aproximada de 170 personas, de todas las edades, oficios y espectros políticos se preguntó ¿Cuál es la misión que Dios nos reclama, como estudiantes y profesionales cristianos, en una época de tiempos escasos y de división?.

Reunirnos como familia cristiana-gbuísta era uno de los objetivos, pero lo más importante era tener la oportunidad de "oir su voz". Es decir, como cuando una familia numerosa se reúne en torno a un notable "pater familias", habia que preguntarse y preguntarle a Dios, si tenía algo específico que decirnos, en este milenio que comienza. Necesitábamos refrescar la visión y proyectarnos.

La respuesta no se hizo esperar: lo primero que escuchamos, a través de la exposición de Ziel Machado, quién usó como referente el capítulo 42 del libro de Isaías, fue la palabra reconciliación. Sin importar de qué lado venimos, la clave del pueblo de Dios en este tiempo debe ser la reconciliación, como expresión de la universalidad y veracidad de Jesucristo, que envia su luz a las naciones. En una historia universal marcada por la oscuridad, los cristianos somos agentes de reconciliación del hombre con Dios, consigo mismo, con el mundo caído.

Una de las verdades expuestas fue "el siervo de Dios es discreto...pero firme, hasta que se establezca su justicia en la tierra". Persuadir, pero siendo discretos, con misericordia.

Junto a las reflexiones sobre el tiempo de San Agustín, Felicity Bentley Taylor nos hizo reflexionar sobre el pasado y el futuro. Del tiempo que nos espera en este día, mañana, en los años que nos quedan. Del día de nuestra muerte, del día del Señor y del fin de todas las cosas.

Nos motivó a tener fe, esperanza y paciencia, sobre la cara del futuro que nos perturba. Que ante el día que tenemos por delante, debemos reaccionar como aconseja el autor de Proverbios en el capítulo 16, versículo 3, "poniendo tus actos en las manos del Señor...y tus planes se realizarán". En cuanto a los años que nos quedan por delante, nos llamó a proyectarnos con humildad porque "...somos como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece." (Stgo. 4:14). Eso sí, sin olvidar el desafío que representa el tiempo que nos queda sobre la tierra. Porque Dios nos ha hecho capaces de tomar decisiones que determinen –en parte- lo que suceda en el futuro.

Los talleres de liderazgo (a cargo de Ziel Machado), hermenéutica (Felicity Bentley Taylor) y apologética (Siegfried Sander) tuvieron la misión de generar un encuentro más especializado con líderes estudiantiles.

En otro nivel, los talleres por disciplinas (educación, salud, economía, arte, entre otros), proporcionaron un encuentro entre profesionales y estudiantes de una misma área y la oportunidad de reflexionar acerca del aporte de sus respectivas actividades y vocaciones al Reino de Dios.

Con este encuentro celebramos 35 años de ministerio. Durante la ocasión, distintas generaciones que han pasado por el movimiento tuvieron su oportunidad de expresarse.

En la primera noche y coordinados por Josué Fonseca, los estudiantes de las décadas de los ´60. ´70 y ´80 contaron cómo fue la fundación del primer núcleo y de lo que pasó en los años siguientes. Fue una noche reflexiva y nostálgica, porque también recordamos a nuestros hermanos que ya no están.

Durante la segunda noche, una generación que debe vivir en una época postmoderna mostró cuál es la realidad del estudiante de hoy. Dieron cuenta de una vida universitaria llena de conflictos con sus compañeros en lo referente a temas como el alcohol, las drogas, el relativismo y la sexualidad. Fue una expresión de lo difícil que es hablar del evangelio como la única verdad, en el mundo universitario de hoy.

Finalmente clausuramos esta reunión familiar, con la Santa Cena y con una reflexión en torno a los que une a las distintas generaciones de gbuístas. Porque a pesar de las diferencias relativas a los tiempos en que nos tocó vivir, las estrategias de evangelización, las formas de estudiar la Biblia, los modos de pensar y hasta en cierta apariencia física que delata más o menos años, todos tenemos en Dios, un solo punto exacto de unión hacia el cual convergemos. De este modo, y con la intención de retornar al origen, todos volvimos a mirar el rostro hacia Jesucristo, nuestro "Señor de la historia, Señor del futuro".

 

 

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